La historia de los ordenadores es una de las más interesantes, pues se trata de uno de los eventos que mayor impacto han tenido en la sociedad moderna. Esto hasta el punto de que podría ser equiparable con otros inventos de gran magnitud como el fuego o la rueda.
La velocidad con que los ordenadores son capaces de hacer operaciones matemáticas, manejar información ágilmente o hacer otros tipos de actividades complejas es realmente impresionante cuando se profundiza en ello. Sin embargo, existe toda una historia detrás de lograr un invento con estas capacidades.
Antecedentes de la historia de los ordenadores
Antes de la existencia del ordenador, una de las grandes preocupaciones del ser humano era el manejo de la información y los cálculos matemáticos. Las primeras máquinas orientadas a la solución de estos problemas eran bastante simples, por lo que no podían hacer cálculos complejos.
No fue sino hasta el siglo XX cuando la electrónica aumentó la complejidad de procesos que las máquinas eran capaces de realizar. No obstante, ya en 1645 es posible encontrar uno de los primeros antecedentes en la calculadora inventada por Blaise Pascal. Esto aligeró la realización de algunas operaciones aritméticas, pero aún no era suficiente. Si vamos más atrás, el ábaco representa el primer antecedente de los ordenadores.
Historia de los ordenadores en el siglo XX
Para el siglo XX el mundo tuvo el primer esbozo de un ordenador moderno, específicamente en 1930. Fue obra del ingeniero alemán Konrad Zuse. Creó una calculadora capaz de operar en binaria llamada Z1. Era capaz de hacer multiplicaciones complejas en apenas tres segundos.
Para 1940, Zuse le propuso al gobierno de Alemania apoyo financiero para crear una máquina capaz de solventar y pensar sobre problemas a gran velocidad, aunque esto no fue apoyado por Hitler.
Posteriormente, para 1942 John Vincent Atanassoff creó el primer ordenador digital. Es por ello que a él se le atribuye la invención del ordenador, tema que nunca ha estado libre de polémica.
Hay que destacar que algunos de los componentes iniciales se han mantenido constantes a lo largo de la evolución de los diferentes dispositivos, como son los diferentes sensores, diodos Schottky y rectificadores. De ahí la importancia de los antecedentes históricos.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, los ingleses deseaban ser capaces de decodificar los mensajes secretos alemanes. A raíz de esta necesidad, le encargaron al húngaro Alan Turing el desarrollo de un ordenador capaz de cumplir con esta función.
Fue así como Turing ensambló el ordenador electromecánico Colossus en 1943. Se trató de un dispositivo de gran tamaño capaz de tratar cinco mil caracteres por segundo. Para lograr hacer esto era necesario que contara con más de dos mil lámparas.
Para su época, fue un invento muy sorprendente, ya que tenía la capacidad de descifrar los mensajes de inteligencia alemana, pese a no tratarse de un ordenador en toda la regla.
Finalmente, uno de los primeros ordenadores financiados por IMB fue el Harvard Mark 1, presentado en 1944 por parte del ingeniero Howard H. Aiken en Estados Unidos. Este ordenador también fue utilizado para el Manhattan Project, el cual resultó vital para la finalización de la guerra.
Los ordenadores, desde entonces, han evolucionado y han supuesto un drástico cambio en nuestras vidas. El teléfono móvil con el que mucha gente lee estas líneas no pudo ser posible sin la antesala de la creación del ordenador.