Con una cantidad cada vez mayor de titulares y columnas dedicados al cambio climático, la calidad del aire y nuestra propia huella de carbono en el mundo, son muchos los que están reconsiderando cambiar de transporte. Los motores de gasolina y diesel -especialmente este último- son ampliamente reconocidos como una de las mayores fuentes de contaminación urbana, por lo que es lógico explorar alternativas más ecológicas. La llegada del vehículo eléctrico (EV) ha tenido grandes repercusiones en la industria del transporte. Al mismo tiempo, los vehículos de hidrógeno han disfrutado de un aumento repentino de popularidad de los últimos y son cada vez más los que van rondado por las carreteras. Pero entre el coche de hidrógeno y eléctrico, ¿Cuál es mejor?
¿Cuál es la diferencia entre un vehículo eléctrico y un coche de hidrógeno?
A modo de introducción, un vehículo eléctrico a batería es un vehículo que funciona completamente con una batería, un motor de propulsión eléctrico, y se recarga al enchufarlo a una fuente de electricidad externa. Como todos los vehículos eléctricos, los coches eléctricos también pueden recargar sus baterías mediante un frenado regenerativo: el motor eléctrico del vehículo en realidad ayuda a reducir la velocidad del coche y recupera parte de la energía que normalmente se convierte en calor con los frenos. Por el contrario, la energía del motor de los coches de hidrógenos se genera a partir de hidrógeno y oxígeno en las celdas de combustible alojadas dentro del propio vehículo. Como resultado, no se produce una recarga en su motor, sino que se rellena bombeando hidrógeno comprimido en sus tanques de hidrógeno.
¿Cuál es mejor? ¿El coche eléctrico o el coche de hidrógeno?

En lo que respecta al transporte impulsado por hidrógeno, el coste de la infraestructura es, en última instancia, más bajo que para los coches eléctricos. El Centro de Investigación Jülich de Alemania ha llegado a este sorprendente resultado basándose en un estudio teórico de 20 millones de vehículos que funcionan con hidrógeno y electricidad. El resultado parece contradecir las ideas previas de todos sobre esta disyuntiva. Para cargar coches eléctricos, ya existe una gran infraestructura eléctrica, mientras que la infraestructura para el coche hidrógeno aún se queda un poco corta. Eso hace que los costes de inversión para el hidrógeno sean más altos inicialmente que para la electricidad.
Según este hecho, el hidrógeno triunfará en términos del coste de la infraestructura. El Centro de Investigación Jülich llega a estas cifras de coches eléctricos y de hidrógeno basándose en cálculos de modelos orientados a la infraestructura alemana existente y fuentes de energía sostenible.
Que la infraestructura de hidrógeno cueste menos se debe en parte a un uso más efectivo. Una vez que la infraestructura de hidrógeno esté desarrollada del todo, se puede utilizar mucho mejor, ya que los tiempos de llenado son mucho más cortos que para cargar baterías. Por lo tanto, atender a todos los coches de hidrógeno requiere menos infraestructura que con la variante eléctrica, ya que suministrar energía a la misma cantidad de coches eléctrico, requiere una inversión mayor.
El coche de hidrógeno es más eficiente que un coche eléctrico. Aunque, convertir la electricidad en hidrógeno para reconvertirlo en electricidad implica grandes pérdidas -la eficiencia de esa cadena es del 45%-, el hidrógeno se produce principalmente cuando hay un excedente de electricidad barata -el hidrógeno es relativamente fácil de almacenar- y también tiene un menor coste de infraestructura. El resultado de todo esto es que el precio en kilómetros de ambos tipos de motores es aproximadamente igual a 4.5 euros por km.
Los números detrás del hidrógeno son convincentes. Su energía específica, o la cantidad de energía que contiene en un peso determinado, es mucho mayor que la de las baterías de iones de litio. Un kilogramo de hidrógeno puede almacenar 236 veces más energía que un kilogramo de baterías de iones de litio.
Cuando se trata del almacenamiento de energía a bordo, el coche que funciona con hidrógeno tiene ventaja, ya que el hidrógeno se almacena en tanques de alta presión debajo del vehículo. Estos tanques livianos se utilizan para almacenar el hidrógeno a alta presión, que tiene una capacidad de energía mucho mayor en forma de hidrógeno en comparación con las baterías de iones de litio. La energía almacenada en baterías requiere muchas más celdas de batería por cada kilómetro adicional incluido en el rango del vehículo. Eso significa más peso para el vehículo que tiene que recorrer todos esos kilómetros.
Los investigadores creen que un sistema híbrido es la combinación óptima. Tanto la infraestructura eléctrica como la de hidrógeno tendrían muchos más usuarios, incluida la industria, y podrían suministrar energía en caso de escasez de electricidad. Además, la producción de hidrógeno puede ayudar a adaptar el suministro de electricidad para satisfacer la demanda. Si hay mucha energía solar o eólica, se produce una gran cantidad de hidrógeno y viceversa.