Nuestro planeta cuenta con un campo magnético que garantiza la supervivencia de la vida tal y como existe en la Tierra. En las últimas décadas se han ido observando indicios claros de que este campo se está debilitando y se dirige hacia una próxima inversión de sus polos. Para saber qué significa esta situación, en este artículo hablaremos de la inversión de los polos magnéticos y de cómo puede afectar a nuestro planeta.
¿Qué son los polos magnéticos?
Se conoce como polo magnético al conjunto de puntos del globo terráqueo que se halla ubicado en las zonas polares y que, debido al campo magnético de la Tierra, ejerce atracción sobre los elementos imantados. Las brújulas, por ejemplo, cuentan con agujas que, por la imantación, siempre señalan al polo sur magnético.
Periodo de inversión
A lo largo de la historia, los polos magnéticos no han estado siempre como los conocemos ahora, sino que han llegado a invertirse varias veces. La última hace unos 780.000 años, que fue conocida como Brunhes-Matuyama.

Además, hace aproximadamente 41.000 años, durante la más reciente glaciación, ocurrió lo que se conoce como una excursión geomagnética, un hecho semejante a una inversión. La diferencia fue el tiempo que duró este fenómeno, ya que, después de este evento, conocido como Laschamp, los polos volvieron a su posición original tras 250 años.
Última inversión
Los científicos estiman que los polos magnéticos se invierten cada 200.000-300.000 años y ya han pasado más de 700.000 desde la última inversión.
Preocupación por parte de los científicos
Tras observar que existen indicios claros de que el campo magnético de la Tierra se está debilitando y que se dirige hacia una próxima inversión de sus polos, los científicos están muy preocupados. Aseguran que el campo geomagnético ha estado decayendo en los últimos 3.000 años y que si continúa haciéndolo, en menos de un milenio estaremos en un periodo crítico.
¿Qué ocurriría?
En primer lugar, y según los estudios, perderíamos los satélites de comunicaciones de las órbitas más lejanas. Después, sería imposible establecer comunicaciones con los astronautas y los satélites de la órbita baja. Por último, cuando la Tierra ya estuviera en una nueva «edad de piedra», sin satélites, los rayos cósmicos comenzarían a bombardear y a envenenar con su radiación a cada persona sobre la faz de la Tierra.
El peligro del debilitamiento
Los testigos de sedimentos situados bajo el suelo oceánico esconden la respuesta de muchas de las preguntas realizadas por la comunidad científica. En su interior hay minerales magnetizados que registraron antiguas inversiones del campo magnético.
Gracias al estudio de estos testigos, los científicos han averiguado que las inversiones de campo magnético ocurren cuando la magnetosfera se debilita en un 90 por ciento hasta un valor umbral. Cuando se alcanza este estado, el campo está tan debilitado que permite el impacto en la superficie de los rayos cósmicos, partículas de alta energía provenientes de fenómenos galácticos muy violentos, como los púlsares o las supernovas.
Debilitación del campo magnético sin inversión
La presencia de ciertos isótopos –elementos con distinto número de neutrones–, que fueron generados por el impacto de estos rayos cósmicos, permite deducir que la última inversión magnética ocurrió hace 772.000 ó 774.000 años. Desde entonces, el campo magnético de la Tierra se ha debilitado mucho en 15 ocasiones, lo que se llama excursión, pero nunca llegó al umbral de inversión.
En cada una de estas ocasiones, los polos no se invierten, pero el campo está tan débil que pierde su «impermeabilidad». La última vez que este hecho ocurrió fue hace 40.000 años, aproximadamente, y las evidencias muestran que la Tierra se acerca a este punto de nuevo.