Gran Adria: las pistas de un continente perdido y oculto

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Todos sabemos que el fondo marino esconde maravillas que jamás nos hubiéramos planteado. Por ejemplo, existen especies de las que solo somos testigos a través de documentales; y también barcos hundidos que guardan multitud de historias en su interior. Ahora, se ha descubierto algo que ha dejado incrédulos a los científicos, y es el Gran Adria. Se trata de un continente que se encuentra bajo el mar, concretamente bajo los pies de los ciudadanos europeos.

¿Qué es el Gran Adria?

El Gran Adria es un trozo de corteza continental del tamaño de Groenlandia que una vez se separó del norte de África y se hundió en el manto de la Tierra bajo el sur de Europa.

Restos del continente perdido del Gran Adria, entre los que se encuentran calizas y otras rocas, han sido identificados por geólogos de varios países al investigar todas las cadenas montañosas desde España hasta Irán al detalle durante diez años.

La masa terrestre ya había sido detectada por ondas sísmicas en el pasado, pero el estudio de sus restos y la reconstrucción de su historia no tiene precedentes.

Tamaño y forma del continente

Los científicos han explicado que este continente perdido se separó del norte de África hace unos 140 millones de años. Por aquel entonces estuvo, en gran parte, sumergido en un mar tropical, donde los sedimentos se acumulaban y lentamente se convertían en rocas.

Luego, cuando colisionó con lo que ahora es Europa, entre hace 100 millones y 120 millones de años, se hizo añicos y fue empujado debajo de ese continente. Solo una fracción de las rocas del Gran Adria permanecieron en la superficie de la Tierra.

¿Se trata de la Atlántida?

Atlántida y Gran Adria

Teniendo en cuenta la información dada hasta ahora, sería imposible cualquier relación entre este continente con la mítica Atlántida, que algunos autores situaron en el Mediterráneo y, concretamente en los alrededores de Creta. Además, se puede añadir que el relato de Platón nos permite determinar que el cataclismo que acabó con la isla y su capital, Poseidón, tuvo lugar hace, aproximadamente, 12.000 años.

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Importancia del descubrimiento

Con todo, Adria es mucho más antigua que la Atlantis literaria, pero su hallazgo tiene tremenda importancia para conocer la historia violenta y complicada que sufre la corteza terrestre.

Formación

Los investigadores implicados en este proyecto creen que estas rocas comenzaron su existencia como sedimentos marinos. Estos elementos, más tarde, fueron“raspados” de la superficie de la corteza terrestre y elevados a sus posiciones actuales debido a las colisiones de las placas tectónicas. Por este motivo, tanto el tamaño original como la forma y la historia de esa masa terrestre desaparecida han sido muy difíciles de reconstruir.

El Gran Adria y su relación con más de treinta países

Las rocas del Gran Adria están dispersas en más de 30 países, lo que significa una complicación añadida a la investigación. Esto se debe a que, al igual que las rocas, los datos se han dispersado y, por lo tanto, son difíciles de recopilar.

Igualmente, hasta la última década, más o menos, los geólogos no han tenido el sofisticado software necesario para realizar reconstrucciones tan exactas.

El desastre geológico del Mediterráneo

Según los investigadores, la región del Mediterráneo es un desastre geológico. El motivo es que todo está curvado, roto y apilado. Comparado con esto, el Himalaya, por ejemplo, representa un sistema bastante simple. Allí se observan varias líneas de falla grandes en una distancia de más de 2.000 kilómetros.

Continente Gran Adria en el Mediterráneo

Los geólogos han estado más de diez años recolectando información sobre las edades de las muestras de rocas que se cree que provienen del Gran Adria. También la dirección de los campos magnéticos atrapados en ellas. Esta labor ha permitido identificar no solo cuándo, sino dónde, se formaron las rocas. En lugar de simplemente moverse hacia el norte sin ningún cambio en su orientación, el Gran Adria giró en sentido antihorario mientras empujaba y raspaba otras placas tectónicas.

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Pequeñas velocidades pero efectivas

Aunque la colisión tectónica ocurrió a velocidades de no más de 3 a 4 centímetros por año, el choque destrozó la corteza de 100 kilómetros de espesor. Además, envió la mayor parte al manto de la Tierra.

Un atlas del inframundo

El estudio no es la única evidencia de Gran Adria como un continente perdido. Otros investigadores que usan ondas sísmicas para generar tomografía computarizada, como imágenes de estructuras profundas dentro de la Tierra, han creado un “atlas del inframundo”. Es un cementerio de bloques de corteza que se han hundido en el manto. Esta investigación muestra que partes del Gran Adria ahora se encuentran hasta 1.500 kilómetros por debajo de la superficie de nuestro planeta.

Dos tipos de corteza

Por otro lado, cabe destacar que han encontrado dos tipos de corteza. Una de ellas es la oceánica, que es más fina, pero densa, químicamente más simple y con una historia geológica más corta. Se encuentra entre 4 y 6 km bajo el nivel del mar.

La segunda es la corteza continental. Es más gruesa pero menos densa, químicamente compleja y con una larga historia geológica. Típicamente yace sobre el nivel del mar o a profundidades más cercanas a la superficie.

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