Te explicamos el interesante inicio rápido de Windows 10

Únete a nuestra newsletter de marketing

Contenido del artículo

El inicio rápido de Windows 10 es una función que busca disminuir el tiempo de arranque de este sistema operativo. En este sentido, aprovechando los recursos del ordenador, se almacenarán datos importantes de los controladores y el núcleo del sistema para evitar cargarlos constantemente.

De esta forma, esta función combina algunas características del modo hibernación al mantener activos algunos elementos del ordenador. Sin embargo, al activar el inicio rápido se pueden presentar fallos de incompatibilidad con algunos programas u otros sistemas operativos instalados. ¡Conoce en qué consiste el inicio rápido de Windows 10 y cómo puedes activarlo!

Formas de mejorar el rendimiento del ordenador al arrancar Windows 10

¿En qué consiste el inicio rápido de Windows 10?

El inicio rápido de Windows 10 es una función especial que permite acelerar el proceso de arranque de este sistema operativo de Microsoft. En consecuencia, el sistema guardará información importante del software para evitar cargarla nuevamente desde el principio y mejorar su rendimiento inicial.

No obstante, esta característica puede afectar el funcionamiento de algunos programas al alterar el apagado y encendido regular del ordenador. Además, puede generar problemas de compatibilidad en diversos dispositivos que no permiten configurar las opciones de suspensión e hibernación.

¿Cómo funciona el inicio rápido de Windows 10?

El inicio rápido de Windows 10 es una función que combina las principales características del apagado tradicional y el modo de hibernación del sistema. En consecuencia, a diferencia de los anteriores sistemas operativos de Microsoft, este puede configurarse para que no cargue desde cero al encender el ordenador.

De esta forma, al apagar el equipo se cerrarán todas las tareas, los procesos activos en el sistema y la sesión. No obstante, a diferencia del apagado regular, no se borrarán los datos existentes en la memoria RAM y se resguardará la información importante del sistema.

En este sentido, al encender el ordenador estará disponible la información del kernel o núcleo del sistema y tardará menos tiempo el inicio de sesión. Por lo tanto, esta función es similar al modo de hibernación con la diferencia de que los programas abiertos antes de apagar el ordenador permanecerán cerrados.

Sin embargo, con esta función el ordenador no se apagará completamente y puede afectar a largo plazo el chipset de la tarjeta o placa base. En consecuencia, el inicio rápido de Windows 10 mantendrá algunos componentes del ordenador en funcionamiento, aunque reducirá el consumo energético.

Funciones del modo de inicio rápido de Windows 10

Ventajas del inicio rápido de Windows 10

Esta función de Windows 10 fue creada especialmente para ayudar a disminuir el tiempo de inicio del sistema operativo al mantener algunas funciones activas. De esta forma, al combinar diversas características del modo de hibernación se puede almacenar temporalmente información importante para usarla al encender el ordenador.

Disminuye el tiempo de arranque del sistema operativo

El inicio rápido de Windows 10 puede ayudar a disminuir significativamente el tiempo existente entre el encendido del ordenador y cuando esté disponible el sistema. Por consiguiente, dependiendo de las características del ordenador, puede reducir a unos pocos segundos el tiempo de arranque del sistema operativo.

De esta forma, al habilitar esta función en los equipos con Windows 10 podrás aprovechar al máximo la disponibilidad del ordenador. No obstante, esta ventaja se suele aprovechar más en los equipos de alta gama con unidades de almacenamiento SSD o PCIe NVMe.

Ocupa menos espacio que el modo de hibernación

La información almacenada en el inicio rápido de Windows 10 es menor que la del modo de hibernación, por lo que puede ayudar a ahorrar espacio en la unidad de almacenamiento. En este sentido, el ordenador solo almacenará los drives y el núcleo o kernel del sistema y no toda la información de los programas.

Quizá te interese leer:  Los 7 mejores mini PC por menos de 200 euros que puedes comprar

Por consiguiente, al iniciar Windows 10 con los programas cerrados se logra disminuir considerablemente el espacio utilizado por esta función del sistema operativo. Además, por sus características, es considerada una versión mejorada del modo de hibernación.

Disminuye el consumo energético

El inicio rápido de Windows 10, al disminuir el tiempo de arranque del sistema, permite apagar el ordenador cuando no se vaya a utilizar durante un tiempo considerable. De esta forma, podrás apagar el ordenador con mayor frecuencia y disminuir el consumo energético innecesario.

No obstante, si necesitas mantener la sesión con programas en funcionamiento es recomendable activar el modo de hibernación. Además, si no utilizarás el ordenador por mucho tiempo puedes desactivar el modo de inicio rápido de Windows 10 para evitar el consumo energético constante.

Principales ventajas de activar el inicio rápido en ordenadores de Microsoft

Desventajas del inicio rápido de Windows 10

Aunque el inicio rápido de Windows 10 busca mejorar la experiencia de los usuarios de este sistema operativo, puede afectar el rendimiento del ordenador. De esta forma, al activar esta función algunos programas o funciones pueden presentar fallos al no iniciar sus tareas o procesos correctamente.

Problemas al arrancar Windows 10

Esta característica de Windows 10 puede acumular errores al almacenar la información del núcleo del sistema durante mucho tiempo. En este sentido, el ordenador puede presentar fallos, inestabilidad, mensajes de errores o responder de forma lenta por problemas relacionados con el inicio rápido.

De igual forma, la información cargada al arrancar el sistema operativo puede estar desactualizada, ya que el archivo no se modifica constantemente. Por ende, para evitar estos problemas que afectan el rendimiento del ordenador, es recomendable reiniciarlo frecuentemente para cargar de nuevo la información del sistema.

Problemas de inicio de sesión de otros sistemas operativos

Al activar el inicio rápido de Windows 10 se pueden presentar fallos en el multiarranque, arranque dual o dual boot de otros sistemas operativos instalados. En este sentido, la información almacenada puede bloquear la unidad de almacenamiento y afectar el arranque de otros sistemas operativos.

De igual forma, Windows 10 puede cargarse de forma automática o arrojar un error al intentar cargar otro sistema operativo como Linux. Además, se pueden presentar fallos con Windows 10 al cargar inicialmente otro sistema operativo, ya que se pueden bloquear los datos del sistema. 

Problemas de sincronización de los datos cifrados

El modo de inicio rápido de Windows 10 puede generar problemas de sincronización de los datos al utilizar herramientas de cifrado como BitLocker. En consecuencia, la información almacenada del sistema puede presentar errores con los datos cifrados al no poder procesarlos correctamente.

Igualmente, al iniciar sesión utilizando contraseñas pueden presentarse fallos en Windows que bloqueen parcial o totalmente la información almacenada. Además, al presentarse fallos en la sincronización de los datos se pueden perder las últimas modificaciones en el sistema y los archivos guardados.

Principales desventajas de activar el inicio rápido de Windows 10

¿Cómo activar o desactivar el inicio rápido de Windows 10?

La configuración del inicio rápido de Windows 10 puede variar dependiendo de la versión y los ajustes previos del sistema operativo. De esta forma, accediendo desde el menú de configuración de Windows o utilizando comandos especiales puede activar o desactivar esta función.

Quizá te interese leer:  Microsoft Surface Pro X: características, opinión y mejor oferta

Pasos para configurar el inicio rápido

Utilizando el menú de inicio de Windows

  1. Selecciona en el menú de inicio de Windows la opción de «Configuración».
  2. Posteriormente, selecciona la opción «Sistema» y después «Inicio/apagado y suspensión». Igualmente, puedes acceder a este menú presionando simultáneamente las teclas de «Windows» y la letra «x», y seleccionando la opción «Opciones de energía».
  3. En la parte inferior de la pantalla, selecciona «Configuración adicional de energía».
  4. Selecciona la opción «Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado».
  5. En el menú de configuraciones de apagado, selecciona «Activar inicio rápido (recomendado)». En caso de que no puedas activar o desactivar esta función, selecciona en la parte superior la opción «Cambiar la configuración actualmente no disponible».
  6. Guarda los cambios.

Utilizando comandos especiales

  1. Presiona de forma simultánea las teclas de «Windows» y la letra «r».
  2. Escribe en la ventana de comandos del sistema «powercfg.cpl» y selecciona «Aceptar».
  3. En la columna izquierda, selecciona «Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado» y posteriormente la opción «Activar inicio rápido (recomendado)».
  4. Guarda los cambios.

Pasos para habilitar la opción en caso de no estar disponible

Dependiendo de la configuración de Windows, la función de inicio rápido puede no estar disponible debido a que el modo de hibernación está deshabilitado. En este sentido, se deberán configurar las opciones de inicio y apagado del sistema antes de activar el inicio rápido.

  1. Presiona de forma simultánea las teclas de «Windows» y la letra «x» y selecciona la opción «Símbolo del sistema (Administrador)» o «Windows PowerShell (Administrador)». Igualmente, puedes presionar las teclas de «Windows» y la letra «r» y posteriormente escribir el comando «CMD.exe» y aceptar.
  2. En la ventana de la consola de Windows, escribe el comando «powercfg / hibernate on» para activar esta función.
  3. Repite los pasos para activar el inicio rápido de Windows 10 y si aún no aparece la opción reinicia el ordenador.
Formas de habilitar el modo de hibernación en Windows 10

Otra forma de disminuir el tiempo de inicio de Windows

Windows 10 ofrece diversas alternativas para mejorar el rendimiento del sistema operativo y satisfacer las exigencias de los usuarios. De esta forma, puedes priorizar los procesos propios del sistema para evitar que los recursos del ordenador se centren en aplicaciones no esenciales.    

  1. Presiona simultáneamente las teclas de «Windows» y la de la letra «x» y selecciona «Administrador de tareas».
  2. En el menú superior, selecciona «Inicio» y con el botón derecho del ratón habilita o deshabilita los programas que desees que inicien con el sistema. No obstante, debes evitar deshabilitar las aplicaciones desconocidas, ya que pueden ser parte del sistema operativo.

Igualmente, puedes presionar las teclas de «Windows» y la de la letra «x» y selecciona «Aplicaciones y características» y posteriormente «Inicio».

Deja un comentario

Suscríbete y aprende TODO sobre Marketing Digital